Sonia me dió-¡por fin!-el regalo:era lo que había coloreado por la mañana."Con todo el cariño del mundo y con todo el cachondeo de la planta de psiquiatría",rezaba la leyenda a los pies del dibujo,y en la otra cara del folio,un montón de fotos de chicas ligeritas de ropa-recortes de revista-bajo el título:PARA QUE LAS PONGAS A MIRAR A BETANZOS y unas cuantas firmas esparcidas incluso por las fotos.
Ni todo el oro del mundo vale lo que para mí representó ese obsequio.Fue la guinda que colmó el pastel de mi despedida.
Me dí la vuelta y empecé a apurar un poco el paso,presa de la ansiedad y de la emoción.Me dirigí al C.C donde ya estaba aguardándome mi bolsa de viaje y una enfermera me acompaño hasta la 130.
Entre lo del armario,que estaba rebosar de ropa,limpia y sucia,y todo lo demás-libros que prácticamente ni toque,autodefinidos,etc,etc-me percaté de que no todo cabía en la bolsa y eso sin contar lo que me quedaba en el C.C:tabaco y enseres personales.Tuve que pedir un par de bolsas adicionales para completar mi equipaje.
Apuré muchísimo en hacerlo,y no es que tuviera prisa,porque las ganas podían conmigo y me aturullaba en meter todo de golpe y de cualquier manera en las bolsas,tanto que la enfermera tuvo que echarme una mano.Estaba como en una nube-yo,no la enfermera-.Ya me iba.Pero hasta que cruzara la puerta de salida no asimilaría que mi estancia había concluido definitivamente.
Una vez todo bien guardado y habiendo comprobado un par de veces que no me dejaba nada,me fui hasta el C.C a recoger lo demás.Me quedaba un mogollón de tabaco,y me pesó-a posteriori-no haberlo dejado allí para que se repartiera entre los compañeros fumadores pero en ese momento,la verdad,no reparé en ello.En fin,creo que la emoción del momento me nubló ese pequeño detalle por hacer.Creo que es disculpable,por otra parte.
El pasillo estaba vacio,silencioso y fantasmal,y al otro lado de la puerta aguardaba mi padre.Recorrí esos escasos metros lentamente y con curiosidad como si estuviera en un sitio absolutamente desconocido para mi.Como si fuera paseando por una ciudad extranjera y extraña en plan turista,pero recordando a la vez cada minuto que pasé en esa planta y que nunca se me borrará de la memoria..
Desde el C.C abrieron la puerta.Sabía que el primer paso fuera de la planta sería definitivo y no habría marcha atrás.Sin dudar un segundo lo hice y a partir de ahí otro mundo,otra vida se abría ante mi.
Aún tuve que esperar unos minutos "fuera" en tierra de nadie,por órdenes-las últimas-de las de uniforme blanco,mientras mi padre estaba en el despacho hablando con un asistente social.
Aproveché esos minutos para dejar el equipaje cerca de los ascensores y para despedirme de Yosu con un caluroso apretón de manos.Idem con Elisardo que tambien andaba por allí.Y,como no,una última mirada al "interior",a mi mundo durante cinco días.Me acerqué a la puerta,ya infranqueable para mi,y puse la mano allí.Desde el "otro lado" Arturo hizo lo propia de manera que coincidieran ambas manos.Un penúltimo gesto de amistad.No dijimos ni una palabra.No hacía falta.Era un hasta luego y un "buena suerte".
Hecho esto,di la vuelta y ya no volví la vista atrás no fuera a entrarme morriña o acongojamiento en grado sumo.Poco después,un despacho se abría,había finalizado la conversación entre mi padre con el asistente social que muy amablemente se dirigió a mi.
-Si necesitas algo,ya sabes donde estoy
-Gracias-respondí escuetamente a parte de despedirme con otro apretón de manos más-y van unos cuantos-
No me picó la curiosidad por preguntar sobre la conversación entre mi padre y el asistente social mientras esperábamos por el ascensor.Aprovechando el momento,llegó el otro ascensor del que salieron El Indio y Roberto.Otra despedida con apretón de manos de prisa y corriendo.Nunca me despedí de tanta gente en tan poco tiempo.
Al poco tiempo ya estabamos en la planta baja,en la recepción del hospital que me había visto llegar hace unos pocos días pero que en realidad parecía como si me conociese de toda la vida-y viceversa-y que me veía salir del mismo:con orden y silencio.
El mundo exterior volvía a ser una realidad,aunque al principio me dolían los ojos por ese inmenso espacio abierto en un día magnífico en cuanto a clima se refiere.Ya no necesitaba de ventanas para contemplarlo.Ahora podía sentirlo en mi propia piel.Fue algo raro al principio,desde luego.Yo ya no era el mismo que entró,eso lo noté enseguida.
Como regalo de "regreso" mi viejo me obsequió con una buena parrillada en un restaurante típico de la comarca donde "bordan" la carne a la parrilla en sus multiples variantes.Comimos tranquilamente pues prisa ya no había y a eso de las 15:30 ya estaba en casa.El mejor y unico recibimiento que necesitaba era por supuesto el de mi madre.
Aún un poco aturdido por tantas emociones en tan poco tiempo,al principio me sentí extraño y eso que estaba en mi propia casa.
Los dos días siguientes los tomé libres en el trabajo para readaptarme a la vida normal,a mi vida.Mi cabeza necesitaba asimilar todo eso lo más rápidamente posible.En ese momento,el libro ya estaba hecho...al menos mentalmente.Sólo me faltaba que me pusiera en ello..y me puse.
En fin,y esto es todo.Esta es mi historia,un capítulo de mi vida,contada desde mi punto de vista,sin tapujos,sin esconderme de mis circunstancias e intentando ser lo más objetivo posible con todo lo que me había ocurrido.El egocentrismo no me cegó en ningún momento.Ahora sois vosotros los que de debéis-si os place-sacar conclusiones.Eso sí,aquí no hay moraleja-o eso creo-Si hay algo en claro,que lo saque cada cual o cada cuala.
Ahora sí,esto ya no CONTINUARÁ.Ha llegado el momento de poner el :
THE END
NOTA DEL AUTOR DEL BLOG:La transcripción del diario ha finalizado,y mañana hará lo propio este blog,con un breve epílogo, cuya misión principal ha sido cumplida.
JEFF W.
lunes, 31 de marzo de 2008
Capítulo 10:Entrega 77
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