Dentro del psiquiátrico Vanesa tenía un secreto.Kiki ya me había dicho en su momento que ese era un tema delicado-sin especificar más-y que no lo tocara en absoluto.Por supuesto,cumplí aunque repito que no sé exactamente de que se trataba-salvo suposiciones mias-.Vane,tu secreto está a salvo conmigo.
Lo que no está a salvo es la anécdota de las maquinillas de afeitar.Sí,las que tu usabas para depilarte porque el psiquiátrico no es un centro de estética precisamente.Las que te ofrecían en el C.C no eran de su agrado asi que yo,rápido como un rayo y aprovechando la coyuntura,me ofrecí a darle una de las mías,y ella aceptó.Medio en broma medio en serio para ver como reaccionaría le dije:
-Oye,y yo ¿que recibo a cambio?-mientras sonreía con cierta malicia.
-Cierra los ojos-contestó tras pensar unos segundos en mi pregunta.
No me quedó más remedio que obedecer.En mi mejilla derecha me plantó un beso.Sorpresa que te crió para mi-aunque era lo más lógico por aquello de tener los ojos cerrados-.No me esperaba tanta recompensa.Ahora que lo pienso,le hubiese dado todo el pack de maquinillas de afeitar sin dudarlo un segundo.Pero claro,eso lo deduje a posteriori...no te jode.
Lo curioso del caso es que al dia siguiente por la mañana,en el C.C que es cuando se iba a depilar,pero no allí en plena sala obviamente,me dijo:
-No hace falta,ya me presta Arturo una de las suyas
Me sentó como un jarró de agua fría...¡y todo por una puta maquinilla de estas de usar y tirar!,y aunque sé que Arturo se la ofreció con toda la buena fé del mundo,y sin saber que yo le daría una de las mías,no tuve más remedio que insistir.No quería quedarme a medias,con la miel en los labios y todo para nada.Porque me habría sentido como un gilipollas,aunque fuera por algo insignificante.
Además no era muy cortés que una vez yo tuviera mi "premio inesperado",ella no tuviera el suyo.Así que no tuve más remedio que insistir,y dando la brasa,con Arturo allí presente y ella dudando,conseguí mi objetivo y llamé a una enfermera-las cuchillas bajo custodia,por supuesto-reclamándole dos dichosas maquinillas una para mi y otra para Vanesa.
Y el deseo fue concedido.Respiré aliviado sabiendo que habia cumplido lo prometido.Ni siquiera reparé si a Arturo le molestó el gesto.Aunque creo que no le dió ninguna importancia ,o si se la dió se la guardó para si mismo.Como véis,algunos pequeños detalles nimios e insignificantes si tienen su importancia.Así que Vanesa se pudo poner guapa en las piernas-que expresión más chunga me ha quedado-gracias a mi Gillete y mi insistencia.Y todo por un beso.
CONTINUARÁ
Jeff W.
jueves, 6 de marzo de 2008
Capítulo 6:Entrega 51-Mis compañeros XV
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