-MIS PRIMEROS MOMENTOS-
No sé muy bien como definir estos primeros minutos en el psiquiátrico...una mezcla de curiosidad,incertidumbre y tambien un poco de temor-para que negar lo evidente-se apoderaron de mi mientras una enfermera me entregaba un papel para que lo firmara:se trataba del alta voluntaria.Firmé como quien firma un cheque en blanco y tratando de no pensar demasiado.Ni me molesté en leer dicho papel.Otras cosas rondaban por mi cabeza y no era cuestión de ser tan meticuloso en mi ingreso.
Poco después,serían ya las 19:45 horas,llegó mi padre con aire inmutable aunque un poco cansado,pero bien firme como es típico de él.Cruzamos unas palabras hasta que dos enfermeras me pidieron que les acompañara,así que dejé a mi padre un rato en el centro de control.
Que no se me olvide decir,y lo quiero recalcar de antemano,que al primer paciente y AMIGO que "conocí" allí dentro fue a Ronaldo.Un chico orondo,obeso,muy simpático,parlanchín y dicharachero que a parte de ser el primero en darme la "bienvenida" con un caluroso apretón de manos,se portó muy bien conmigo.Era mi compañero de habitación,como así me comunicó el mismo adelantándose a las enfermeras el muy jodío.Ronaldo,que pena-para mi al menos-que coincidiéramos tan poco tiempo.Fue mi piedra angular donde me apoyé para no caer en el aislamiento y la base donde yo cimenté una rápida adaptación al lugar.A parte de todo esto,tuvo el detalle de "reservarme" mesa en la sala del fondo,que era comedor,sala de juegos y televisión,con radio-cd, todo en uno,a la hora de cenar.Se cenaba sobre las 20:00-20:30,o quizás más tarde.Pero sobre esa franja oscila,vaya.Yo,imaginaos,recien llegado y ya casi a la cena,aún con el estomago exultante por el atracón de embutidos de la comida,no tenía ni pizca de hambre.Aun así no tenía escapatoria.
Volvamos al relato,a donde había lo había dejado antes de hacer ese pequeño inciso que creo de justicia.Estaba yo acompañando a las enfermeras que me guiaron hasta mi habitación.La 130.Tenía 3 camas y a mi me correspondía la del medio,la número 2.Con su correspondiente mesita de noche y un pequeño armario enfrente.blanco,que era una continuación del armario común que se dividía en 3 compartimentos,uno por paciente.No se puede decir que ninguna de las partes fuese amplia,quizás la habitación un poco pero los armarios lo justito.
Según me informaron,tocaba inspección.Como a todo recien llegado,vaya.Así que empecé por vaciarme los bolsillos de los pantalones:un monedero,mecheros,algunas facturas o extractos bancarios,y algunas cosas más-en mis bolsillos un día de estos seguro que encuentro un cocodrilo.Soy muy despistado para estas cosas-.Seguimos con mi maleta y lo que en ella contenía.
Me requisaron las maquinillas de afeitar,decían que las guardarían ellas-como así fue en todo lo requisable-,así como el antiséptico bucal,que me devolverían un par de días después,pues la botella era de plástico por tanto no entrañaba peligro.Pero se la llevaron de todos modos.
En cuanto a la ropa todo correcto.El reloj lo conservé.Eso sí,nada de cinturones ni de cordones en los zapatos.Con gran pena pero sin dudar un instante,se los quité a mis botas camperas negras.La espuma de afeitar,tambien al saco.Menos mal que me quedaba poca y que de ahí en adelante usaría la que te prestan ellas.
Lo que si me dolió fue desprenderme de mis colgantes.Uno de oro,y otro de plata con chapa inscrita con mi nombre.Eso tambien lo tuve que entregar.Y la cazadora color kaki forrada en negro,tambien.Tenía cordones.En resumen,que por quitarme casi me quitaron hasta la vergüenza.
CONTINUARÁ
Jeff W.
sábado, 16 de febrero de 2008
Capítulo 3:Entrega 17
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