El siguiente objetivo ya lo planeamos de antemano:ibamos a por Vanesa,la chica servicial,muy seria ella,pero afable en el fondo.El caso de este chica es curioso.Llamó mi atención muy rápidamente,sobretodo cuando con la música puesta hacía su típico bailecito-nos salío bailarina,la muchacha- fuese la música que fuese.Pasitos para adelante,pasitos para atras,giro y vuelta a empezar.
Pronto empezó a sospechar de la "conspiración".Era gracioso,como nosotros sin comentarle nada del tema salvo deslizar alguna pequeña puya con segundas,porque ella nos solía decir que no quería nada de nada,que pasaba de eso,que no y que no.Dio el coñazo en el buen sentido todo el santo día con el dibujito.En el fondo lo estaba deseando aunque nunca lo reconocería y nunca lo reconocerá.Era seria de puertas afuera,pero esto era sólo apariencia,por no descubrirse.Eso lo percibí en seguida.
A las 13:00 horas algunos pacientes tenían el privilegio de ir fuera,a tomar aire puro,al jardín que está al lado del edificio hospitalario.Arturo entre ellos.Se les veía algo desde la S.F,estaban todos apalancados en un rincón del césped.Reconozco que algo de envidia me dió el verlos asi,así que le comente a Adolfo:
-Joder,que suerte tienen esos ahí fuera-le dije como un comentario de pasada
-Entonces,¿para que coño has venido?-me respondió tajantemente.
No le dí importancia a la respuesta.Adolfo,a veces,tiene unas salidas un tanto bruscas y bordes por lo tanto no hay que tomarse a pecho algunos comentarios.En una conversación cara a cara sin embargo es de lo más normal y tranquilo de allí "dentro".Es todo un personaje,creedme.
Pasé el tiempo restante hasta la hora de comer leyendo un poco El diario de Ana Frank,ya lo había leído anteriormente hasta 3 veces.Y en el psiquiátrico era la cuarta vez que empezaba su
lectura.Al cabo de los cinco días sólo llegue a la página 66.El caso es que lo utilizaba como recurso último para matar el tiempo.Y hasta que Sonia me contagió su pasión por los pasatiempos,aún desconocía como se jugaba al dominó-si,ya sé.Una verguenza no tener ni puta idea y a mis años-,y tambien no me atrevía-y no por desconfianza-a pedirle a nadie echar una partida de pingpong.Afortunadamente este episodio de aislamiento de ocio pasó pronto.En tanto en cuanto ,por la tarde a Sonia le habían traído una bolsa de plástico tipo El Corte Inglés,llena de revistas del corazón pero mucho más llena de pasatiempos,la muchacha tuvo la gentileza de regalarme dos revistas de autodefinidos.Mentalmente anoté lo que tendría que pedir a casa.
Y una vez más,como suele ser en mi algo habitual,decidí no respetar lo que me había prometido a mi mismo sobre que hasta el sábado no pediría nada a casa,y me fui al C.C para que me hicieran el pedido:un cortauñas,un cartón de tabaco y pasatiempos.Dicho y hecho,la enfermera de turno tomo nota de mis "deseos" y delante de mi llamó a mi casa no sin antes apuntar en un bloc mi numero de telefono,mis datos y la "lista de la compra",amén de que tambien me retiraran la ropa sucia,claro.Lo dicho,que por la tarde tendría todo eso.
CONTINUARÁ
Jeff W.
viernes, 22 de febrero de 2008
Capítulo 4:Entrega 29
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