Permitidme que haga una pausa en el relato y pase a dar un repaso-en el mejor de los sentidos,por supuesto-a todos o a casi todos de mis compañeros independientemente de que ya haya esbozado alguna pincelada de sus personalidades,o alguna anécdota u hecho significativo a lo largo del libro.
He decidido en este capítulo-bastante extenso por otra parte-analizarlos un poco más a fondo para que los conozcáis mejor.La única duda que me asalta es como empezar o con quien empezar.No sé muy bien si empezar con los que menos contacto tuve,lo cual resultaría fácil y encima me inspiraría para coger carrerilla para profundizar más con los que más colegueé,o hacer al revés y empezar el análisis con los pesos pesados y dejar el postre,la guinda del pastel,para el final.Este capítulo es todo suyo,por ellos y para ellos:mis compañeros en el psiquiátrico.
Después de meditarlo unos minutos,me decanto por la segunda opción.Valor y al toro y que sea lo que Dios quiera.Así que empezaré con Angelito puesto que en lo que va de libro sólo lo mencioné una vez y sin embargo tiene mucho protagonismo en mi estancia en el psiquiátrico.
Describirlo fisicamente es relativamente sencillo:muy delgado,de una estatura similar a la mia-o sea no muy alto-,ojos marrones y mirada clara y transparente.O sea que con su mirada no engañaba a nadie.
Era y es un tipo absolutamente peculiar donde los haya,único y a su manera,genial.Pero sobretodo entrañable.
En sus hombros dos tatuajes,en el derecho un dragón y en el izquierdo una tela de araña.De cabello negro,corto y liso,al igual que la barba,bastante bien cuidada por cierto.
El elemento característico de él,es en primer lugar su forma de hablar.Para mi fue complicado entenderle sobretodo al principio.Más que hablar,farfullaba aunque poco a poco ya le fui pillando el truco al asunto.Y o bien el se expresaba con menos dificultad,a posteriori,o yo salía al paso diciendo "si","no",o cambiando de tema o incluso dándole la razón.De todos modos hemos tenido mucho contacto en la S.F. o en los pasillos e incluso hubo alguna conversación perfectamente legible.
Era gracioso como al principio me llamaba por cualquier nombre menos por el mio.Al principio yo era Carlitos o Tronquito,más tarde me volvía a cambiar el nombre.Me nombraba de mil maneras a cada cual más graciosa y ocurrente.Al final le dije que me llamara como le apeteciera,al fin y al cabo ¿que es un nombre allí dentro?¿una seña de identidad,tal vez?.¡Que va!,es lo de menos.Allí somos quien somos.Si en vez de nombres se usaran números para cada individuo el resultado sería el mismo:la persona en sí.
CONTINUARÁ
Jeff W.
martes, 26 de febrero de 2008
Capítulo 6:Entrega 37-Mis compañeros I
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario