lunes, 18 de febrero de 2008

Capítulo 3:Entrega 22

Comí lo que pude y reconozco que la palabrería de Ronaldo,que hablaba de cualquier cosa aunque no viniera a cuento,me reconfortó e incluso casi acabo el plato de carne con arroz.Nadie se podía mover de la mesa,yo fui la excepción esa noche por motivos ya citados,hasta que todos hubieran terminado de cenar.Y no sólo eso,después de la cena llegaban los medicamentos.El orden a repartir era el mismo que en las comidas y que por supuesto estaban personalizadas,además que te daban a elegir entre leche,zumo de naranja y agua para tomar las pastillas.El zumo era el más solicitado,tanto que más de una vez no se pudo repetir porque se había agotado.Yo,siempre zumo y después leche.

El método de la repartición de los medicamentos era muy simple:citaban tu nombre,tu decías "si" o "aquí",te preguntaban que querías,respondías y enseguida una enfermera se acercaba con un vaso de plástico con tu nombre,echaba las pastillas en tu mano y ahí permanecía impasible para asegurarse de que tomabas tu medicación.Esa noche me tocaron cuatro "pirulas".Dos amarillas en forma de cápsula,otra blanca y otra rosada tipo aspirina.

Para el resto de las comidas-desayuno y comida-el método era el mismo sólo que no tenías a la enfermera ahí al lado pegada como una lapa.Te daban la bandeja,y al acabar de repartir "vigilaban" desde el mismo centro de la S.T con el segurata de turno y de vez en cuando se acercaban a una mesa para tratar de que algun paciente al menos probara la comida.
Don Anselmo era el que más problemas les daba.El pobre era un señor ya de cierta edad,que creo y quiero creer que estuvo en el psiquiátrico por algo grave y no porque los hijos le hicieran una putada.Mejor me callo,por si acaso.Sólo es una hipótesis,una vez que lo veo todo desde fuera.
Tambien Gonzalo era un poco plastilla en este sentido...o más bien pasaba de casi todo,menos del tabaco.Y Catalina,una señora de edad,que tambien dió un problemilla por tirar un día la bandeja al suelo.Y la sala como si nada.No nos importaba si la tiraba  o la dejaba de tirar.La cosa no pasó a mayores.Y no,nadie "aplaudió",que es lo que se hace en esos "casos".

CONTINUARÁ

Jeff W.

4 comentarios:

José Miguel dijo...

"El método de la repartición de los medicamentos era muy simple: te preguntaban que querías..."
Al leer esto he pensado que te preguntaban qué medicación querías. Vaya clínica tan liberal, he pensado.
:DD

Anónimo dijo...

Jajajaja!! Joseeeeeee!!!! Que risa me acabo de pegar a tu costa :P

Jeff W dijo...

Comprenderán ustedes que no puede ser posible una barra libre de pirulas en un psiquiátrico.A no ser que crean que un psiquiátrico es jauja,pero ese es otro tema.

Anónimo dijo...

Jeff, precisamente por eso me ha hecho tanta gracia la reflexión de José...que cosas...!! Además tengo una imaginación bastante rápida, y me imaginaba la situación...

ayssss

Por cierto, cada vez estoy mas enganchada a tu "libro" ;)