miércoles, 20 de febrero de 2008

Capítulo 4:Entrega 25

La gente ya empezaba a despertarse y salía al pasillo,ya casi como agolpándose en la "barra" del C.C esperando con impaciencia las toallas y sobretodo el anhelado despeje que una buena ducha supone para comenzar bien el día.Aunque tambien los había que se lo tomaban con calma e iban a su ritmo,y mientras la marabunta se preparaba para asearse y comenzar el día ellos paseaban de aquí a allá,como si con ellos no fuera la cosa.

Reconozco que yo era uno de los más impacientes.Para mi era la gloria-me he pasado- cuando la enfermera sacaba el carrito de las toallas.Me apresuraba a coger dos,además de unas esponjas jabonosas e irme de cabeza a la ducha.No sé porque motivo,y salvo en una ocasión,siempre fui el primero en ducharme y en la ducha amplia además.¡Todo un lujo,si señor!,además de echarle un poco de morro a la cosa,todo sea dicho.
En mi defensa diré que era rápido en ducharme.No podía hacer como en casa que me podía tirar 20 minutos remojándome como un delfin en una piscina.Ya que aparte de que me gusta la puntualidad,no me gusta hacer esperar a los demás.

Una vez acabado,y con el pijama puesto pero ya bien aseado de arriba a abajo,deposité las toallas y me fui a mi habitación donde me vestí.Serían las 8:35 horas,y aún faltaba un rato para el desayuno.En ese momento me di cuenta de lo que me faltaba....¡el cortauñas!.No,si como dije en un capítulo anterior para las cosas importantes a veces el coco me juega malas pasadas.Y el olvidarme de lo más mínimo y elemental era algo que se me daba especialmente bien."Mierda",pensé frunciendo el ceño.Aún era un pipiolo en el psiquiátrico porque debí suponer que en el mismo C.C tendrían de eso.Pero lo único que se me ocurrió fue anotar mentalmente que tendría que llamar a casa.Lo cual no me hacía sentir ni fu ni fa,además así aprovecharía para pedir tabaco,cuyas reservas disminuian a pasos agigantados,no por fumar mucho sino tambien por repartir,cosa que nunca me importó por cierto.Tengo una máxima:nunca discutas por un cigarrillo.Tambien para pedir algo de ropa me serviría esa llamada.En fin,que lo dejé para el día siguiente.Nada de no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.Creo que podría aguantar.

Llamada al desayuno y toda la tropa a sus mesas.Es curioso como siempre o casi siempre en la misma mesa se juntaban los mismos.Lo entiendo,pero no lo entiendo.¿Es que en la variedad no está el gusto?,aun así el hambre mataba filosofadas de este calibre.O chorradas.En fin,que degusté el desayuno acompañado por el exlegionario por Jorge y ahora tengo la duda de si ese día Ronaldo desayunó con nosotros o no.Creo que sí,pero lo único seguro es que ese día ya no lo volvería a ver más.Le dieron el alta y yo ni me enteré.Ronaldo,cabroncete,saliste echando chispas y ni siquiera te despediste...¿que educación es esa,tío?.Jajajaja,estas perdonado de todos modos.No era su marcha lo que más me contrarió sino que fui el último o de los últimos en enterarme.Roni,estes donde estes no sólo te deseo lo mejor en todos los aspectos de tu vida y cui
date mucho.Quizás algún día nos topemos por Betanzos,colega.

CONTINUARÁ

Jeff W.

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